CHEMA MADOZ

El Ministerio de Cultura y La Fundación Telefónica presentan la exposición "Chema Madoz (2000-2005)" hasta el 21 de mayo en su sede de Gran Vía.
Se trata de su segunda gran exposición antológica y abarca el último periodo de su producción.

A Chema Madoz (Madrid, 1958) se le identifica con los movimientos artísticos del primer tercio del s.XX, en las vanguardias como el dadaísmo y el surrealismo. Se puede percibir en su obra el eco de Magritte, de Duchamp, o de las naturalezas muertas de Man Ray. Su obra propone una lectura literaria, pues es poesía minimalista y altamente metafórica que evoca a las famosas greguerías de Gómez de la Serna o de Mallarmé.

En el terreno estrictamente fotográfico, Madoz se reconoce en los universos mínimos y cotidianos de Ralph Gibson o en las composiciones narrativas de Duane Michaels, pero también en los estudiados y contundentes mensajes de la fotografía publicitaria.

Difícil de clasificar, dotado de una gran capacidad de observación y análisis, este creador de imágenes, se mueve en un mundo muy personal en el que los objetos, protagonistas únicos de sus imágenes, transcienden a sí mismos, para, en pura metáfora, evocar a otros o a ellos mismos en un malabarismo visual que reta a los sentidos.

La percepción del mundo se altera, pasando de lo más ínfimo del mundo cotidiano, a lo sublime, enfrentando las formas en un juego de escalas.
Cercano a la poesía visual, a la pintura, a la escultura, sus sugestivas ideas se convierten en un juego cómplice con el espectador; imágenes sencillas y certeras, sin atajos, que penetran en la retina para quedarse.
La naturaleza muerta, a veces absurda, se convierte en puro surrealismo con los inventos locos, en los que no falta el sentido del humor, el chiste a ratos, que cambian la naturaleza misma de los objetos.

Si teneis un rato, os recomiendo la muestra; sorprende por el significado que encierran sus imágenes, por la magia de sus objetos en un mundo de dominancia visual en que todo nos es tan explícito.

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