FLNJ

En 1996, en Alencon, al Este de París, un puñado de valientes y abnegados estudiantes de Bellas Artes decidieron hacer frente común contra la crueldad y la vileza, con la creación de la fundación del Frente de Liberación de los Enanos de Jardín. Esta organización clandestina nació abrigando la firme vocación de devolver la libertad a tantos y tantos pequeños enanitos de yeso que sufren, calladamente, la infamia, la iniquidad y la ignominia de cuantas personas los utilizan para decorar sus jardines. Resulta frecuente contemplar las penurias, sufrimientos y calamidades de estos pequeños, abandonados, humillados e indefensos ante los innegables peligros que les depara su violento y atroz cautiverio. Casi todos, alguna vez, nos hemos visto ante la imagen dantesca de enanos de jardín decapitados, descuartizados o mutilados como consecuencia final de la despiadada privación de libertad que se ven forzados a padecer. Frente a tal genocidio, decenios y decenios de indiferencia de la humanidad hallaron su fin hace apenas unos años, con el comienzo de esta filantrópica iniciativa enraizada en los más nobles y cabales valores que el ser humano pueda concebir.

Desde que el Frente de Liberación de Enanos de Jardín entró en la lucha activa y militante, han sido muchos los gnomos gozosamente liberados del salvajismo y la barbarie de sus captores. En Sarreburg, al Norte de Francia tuvo lugar una de las acciones más recordadas y heroicas de este grupo, al conseguir acabar con la reclusión de ciento cuarenta y tres enanitos en una sola noche para, más tarde, dejarlos en la puerta del Ayuntamiento de la mencionada localidad gala, sin que se conozcan aún hoy las razones que llevaron a estos patriotas a elegir tal emplazamiento.

Estas valerosas operaciones se han sucedido una y otra vez, hasta el extremo de traspasar las fronteras de la patria de Robespierre y de Georgie Dann (JIJIJI) para llegar a Bélgica, Alemania, Suiza, Holanda y, en definitiva, poco a poco, a todo nuestro viejo continente. El 4 de junio de 2001 se creó, en la ciudad de Vitoria, la Sección Hispánica del Frente de Liberación de Los Enanos de Jardín (SH-FLNJ), sin duda, inspirado en la trayectoria de sus homólogos franceses.
Según el destacado sociólogo Hans Pral, el origen del fenómeno de la esclavitud y cautiverio de los enanos de jardín se remonta a la Edad Media en Turquía. Los pequeños duendecillos serían réplicas de pigmeos que eran prendidos como esclavos para trabajar en galerías de minas subterráneas. Estos infortunados mineros utilizaban bonetes rojos rellenos con forraje y hojarasca para proteger su débil físico de los derrumbes, y vestían prendas de colores intensos con el fin de ser vistos en la penumbra de las cavernas. De inmediato fueron considerados como símbolos de las fuerzas ocultas, del ingenio y del conocimiento de tesoros escondidos. Para conjurar posibles maleficios de estos seres, que vivían en contacto con criaturas infernales, para alejar a estos supuestos diablos, los explotadores de las minas ordenaron confeccionar figuras de tierra semejantes a sus esclavos. Estas estatuas conocieron con prontitud la popularidad en toda Europa, como objetos decorativos. En Italia, algunos príncipes instalaron sus singulares figuras de enanos mineros en los rincones más lóbregos y oscuros de sus parques. Según documentos de príncipes de la región del Bajo Rhin, encontramos sus huellas en Alemania ya en 1460.

Ya veis, queridos amigos y amigas, que las cosas no son siempre lo que parecen, o, lo que es lo mismo, que no por inimaginable deja de ser cierto ;).

.Aquí podeis ver la última noticia protagonizada por estos Robin Hood del siglo XXI, y... si estais interesados en participar, os informo que los comandos se crean de manera autónoma, sin necesidad de afiliarse, y actuan a la menor oportunidad tras estudiar sus objetivos (o sea, que ven al enano, se juntan unos cuantos colegas, y lo "liberan"; eso sí, autoría reconocida por el SH-FLNJ).