MIS MITICAS 3

Mi mítica de hoy, es "Dentro del Laberinto", un lugar en el que todo es posible, y nada es lo que parece GGG; además, es la primera vez que os hablo de una de mis míticas musicales. No es que sea "un musical", pero se canta y se baila, y las letras de las canciones forman parte de la historia (la banda sonora muy buena).

No os lo he comentado nunca, pero a mí me gustan mucho las películas musicales ;).

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En la peli, el laberinto, la ciudad de los goblins y el castillo más allá de la ciudad de los goblins, son los escenarios de la acción; de estos, el laberinto tiene un profundo carácter simbólico; desde hace 3.500 años, los laberintos forman parte de nuestra cultura; unas veces con un significado místico, otras al servicio de la religión y otras como un mero divertimento, pero siempre conservan su enigmática e inquietante esencia: ¿qué se esconde dentro del laberinto?.

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Los laberintos (lugares formados artificiosamente para confundir a quienes se adentren en ellos) han acompañado al hombre desde épocas muy lejanas; conocemos algunos, como el de Creta, cuya historia ha llegado hasta nuestros días. En este caso, el Laberinto de mi mítica de hoy, se corresponde con el conocimiento; sólo el que se introduce en el laberinto puede llegar a la sabiduria... si resuelve bien todas las pruebas, claro GGG.

La historia sigue la estructura clásica de la misión, en la que la protagonista deberá luchar contra enormes obstáculos para conseguir su propósito y, más importante, para crecer emocionalmente y convertirse en una mejor persona. Esta historia ha sido muchas veces contada, pero pocas veces con el grado de imaginación, y desempeño artesanal que vemos en "Laberinto" gracias al talento desbordante de Jim Henson.

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La protagonista en cuestión es Sarah (Jennifer Connelly), una adolescente que navega entre la niñez y la edad adulta. Su comportamiento es egoísta e irritante; quiere vivir en su mundo de fantasía y se preocupa más por sus juguetes que por el mundo "real". Por eso un día, mientras cuida a su hermano Toby, aún un bebé, Sarah le pide al Rey de los Goblins (duendes) que se lleve al niño.

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Desde luego ella lo hace como un juego, y se sorprende cuando realmente ocurre. De algún modo, el mítico "Rey de los Goblins" (Jareth-David Bowie) es real, y ahora tiene al pequeño Toby en su poder. Sarah intenta recuperarlo, pero Jareth le impone una condición: debe cruzar el Laberinto y llegar hasta su castillo en menos de trece horas.

El laberinto actúa como guardián del castillo, un dédalo de decepciones, poblado de ingenio, de personajes extravagantes y de peligros desconocidos. Sarah acepta el reto y comienza un lento andar por sus siniestros corredores.

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Durante su viaje, la joven conoce a una variedad de extraños seres, algunos, amigos y otros... no tanto.
 

Para poder salvar a Toby a tiempo, Sarah tendrá que burlar al Rey ofreciendo su amistad a los mismísimos goblins y confiar en que su lealtad no sea otra ilusión en un lugar en el que nada es lo que parece.

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"Por increíbles peligros e innumerables fatigas
me he abierto camino hacia el castillo
más allá de la ciudad de los goblins,
para recuperar al niño que me has robado.
Porque mi voluntad es tan fuerte como la tuya,
y mi reino, igual de grande... No tienes poder sobre mí."

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Cuando Sarah llega al castillo, la confrontación entre ella y Jareth se desarrolla en un plano metafórico, en el que la joven tiene que abandonar su niñez y aceptar las responsabilidades del mundo adulto, pero cuando todo parece volver a la normalidad, Sarah se da cuenta de que siempre es importante mantener en el interior una pequeña parte de la niñez.

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